La juventud es el futuro del medio rural, pero también debe ser su presente. Las políticas dirigidas a la sostenibilidad de los pueblos andaluces deben girar en torno a las personas jóvenes, promoviendo su formación, su inconformismo y su espíritu emprendedor.
El fomento de la creación y mejora de empleo es clave para favorecer el arraigo con su lugar de nacimiento, e impulsar el desarrollo del territorio conservando su belleza y gusto por la tradición. Las políticas de desarrollo y sostenibilidad de los pueblos deben eliminar el pesimismo existente entre la población joven, evitando su desconfianza y la marcha de la juventud hacia lo urbano.
La cohesión social y la fijacción del territorio solo puede lograrse mediante el impulso de la juventud, poniendo en valor su capacidad y facilitándoles las herramientas necesarias para su formación e insercción laboral. Se deben mejorar las infraestructuras, dando un mayor abanico de alternativas de empleo. En definitiva, se debe garantizar la igualdad de oportunidades en el medio rural para la juventud, evitando con ello la despoblación y el envejecimiento del mismo, que puede llegar en algunos casos a la progresiva desaparición de muchos de los pueblos de España, dando lugar a la triste "España vaciada".
La política de desarrollo rural de la Unión Europea continúa avanzando y establece unos objetivos y prioridades en consonancia con el Marco Estratégico Común y la Política Agrícola Común. Los objetivos deben llevarse a cabo por los Grupos de Desarrollo Rural mediante la instauración de Estrategias de Desarrollo local y a través de mecanismos participativos.
Junto a estos objetivos y prioridades, la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural sigue apostando, junto a la política de género, por el fomento de la participación y la promoción de la juventud.
Para ello dentro de los criterios de selección encontramos varios ítems relacionados con el impulso a la juventud rural. Dichos criterios valorarán si el proyecto está promovido por una persona joven (<35 años) o una entidad promotora cuyo accionariado u órganos de decisión estén constituidos al menos por el 50% de jóvenes (<35 años); si la estructura de la plantilla empresarial cuenta con al menos el 50% de personas jóvenes, excluyéndose a las personas o entidades solicitantes; y si la entidad tiene firmados convenios de prácticas para jóvenes estudiantes. Siendo los elementos acumulables.